Mi historia: Paloma

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El abril 6, 2021, en Mi historia, Sin comentarios

Mi nombre es Paloma Mollat, di a luz a una niña el sábado 9 de agosto de 1980, a las 8:10 de la mañana en la Maternidad de O’donell. Nació viva, era una niña que pesó 3,5 kg y que en principio presentaba un buen estado de salud y ausencia de signos de retraso mental y otras malformaciones que posteriormente me dijeron que tenía (por ejemplo dijeron que tenía sindactilia y yo, mi marido y otros familiares le vimos las manos y eran normales). Cuatro días después me dijeron que había fallecido.

El mismo día que nació, la tuve en mis brazos unas dos horas hasta que una de las monjas vino a por ella para hacerla el reconocimiento médico y jamás ni yo ni mi marido, ni ningún otro familiar la volvimos a ver.

Dijeron que la habían tenido que meter a la incubadora porque “tenía frío”… y al día siguiente nos explicaron que tenía retraso mental. El tiempo que estuvo en la incubadora jamás nos la mostraron, decían que no se podía acercar al cristal cuando en la misma maternidad me había mostrado a mi primer hijo que nació de forma prematura. Esto último es importante destacar, porque esa misma monja me preguntó, antes de llevarse a la niña a la incubadora, si yo ya había tenido un bebé prematuro… cosa que a a mí me sorprendió.

Cuando mi marido y mis familiares vieron el cuerpo de mi supuesta hija ya fallecido, vieron que tenía una malformaciones importantes que si sugería retraso mental, cosa que no apreciamos ninguno ni mucho menos la primera vez que la vimos.

Desde el principio ellos se querían hacer cargo del entierro e insistieron bastante en la idea, pero finalmente la enterramos nosotros. También cabe destacar que tardaron año y medio en darme los certificados que solicité. Cuando me llegaron no coincidían, entre otras cosas, ni el peso, ni el grupo sanguíneo.

Además, de todos estos incidentes que le acabo de explicar, como madre siempre tuve la sensación de que mi pequeña está viva.

Dado los acontecimientos e informes que están saliendo a la luz desde hace algunos años, querría participar en la búsqueda de mi hija y descubrir que fue lo que ocurrió verdaderamente. Mi intención es saber si está viva por si pudiera verla y abrazarla de nuevo y si no es posible descansar de la desazón y dolor que llevo padeciendo desde hace treinta y cinco años que son los que podría tener mi hija. Por ello, les agradecería infinitamente que tomaran mi caso en cuenta, dadas las irregularidades que hubo, por si pudiera ayudarme a saber lo que sucedió realmente y poder encontrarla.

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